Viejos sueños entre ceja y ceja

River terminó el año de la mejor manera. Fuera de la promoción, con 31 puntos y ganó el superclásico. Además Passarella, ratificó a Juan José López como el DT del primer equipo y así J.J. estará presente en el Clausura 2011 como el DT de River. Pero esto recién empieza, más allá de que el año no se haya terminado River quiere pisar fuerte en cuanto a refuerzos.

Dinero le falta, pero los sueños son los que sobran. En este 2011 todos los equipos podrán realizar 4 incorporaciones. J.J. y Passarella sueñan con estas figuras: Demichelis, Aimar y D’Alessandro. Por el lado del defensor, no es tenido en cuenta por el Bayern Munich y su familia pretende volver, eso sería un factor clave para que Micho vuelva a vestir la banda roja.

Por el lado de Aimar, el cordobés de 31 años ya quiere retornar al país, aun se siente vigente y quiere retirarse en River. Pero la tarea no es sencilla, le quedan 6 meses de contrato y River no está dispuesto a pagar ni un solo euro para que el 10 salga del Benfica. Tendrá que arreglarlo por su cuenta, o… ¿ Servirá el canje Funes Mori?. El mendozino es pretendido por el club Portugués y sería una especia de pago para que el “Payaso” vuelva a River.

El caso de D’Alessandro es un poco más complicado. River tendría que pagar 6 millones de euros para que el Cabezón vuelva, su contrato con el Inter de Porto Alegre vence en el 2012. Pero la terrible eliminación en el Mundial de Clubes hacen apurar las ganas del volante para volver a River y encima está la promesa con Almeyda: “ Si vos seguís 6 meses más, yo vuelvo”. Daniel Passarella intenta convencer por telefono a sus padres, representantes y a los propios jugadores.

River no tiene el dinero, tendrá que vender a alguna de sus joyas ( Lamela pica en punta), pero la intención es que no suceda hasta junio del 2011. Dependerá de un milagro, pero los sueños y las esperanzas no se pierden. Veremos que pasa, pero lo cierto es que Passarella sigue soñando con que los ex vuelvan a su primer amor, aunque tiene claro que además del costado afectivo deberá tocar el costado monetario.